El agua es uno de los elementos que más puede aportar a un jardín, belleza, paz, sonoridad, relajación, y un sinfín de sensaciones. Desde siempre la hemos visto en jardines renacentistas o con influencias árabes. Hoy la encontramos formando simetrías, laminas espejo, discurriendo más despacio y acompañando a gravas. cantos rodados, plantas de pequeño porte, buscando aportar texturas más que movimiento.
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